jueves, 24 de septiembre de 2015

Nichita Stanescu: "Todo lo que el comunismo sueña, será"


"Todo lo que el comunismo sueña, será.
Nosotros somos el tiempo, somos
sus columnas rojas"


Nichita Stănescu nació el 31 de marzo de 1933 en la capital del petróleo rumano, Ploiești, y acabaría sus dias en Bucurest, un 13 de diciembre de 1983. Fue considerado como el mejor poeta rumano de la segunda mitad del siglo veinte y nombrado post-mortem miembro de la Academia Rumana.

Nichita Stănescu pertenece temporal, estructural y formalmente a la poesia modernista o postmodernista, que tiene un periodo de apogeo en Rumania entre 1960-1970. Fue laureado con el Premio Herder , creado para fomentar la literatura del centro y este de Europa, en 1975 y en 1981 decorado con la orden al Merito Cultural.

Tambien sería nominado al Premio Nobel de Literatura en dos ocasiones: en 1980 y en 1984. Sus críticos alabaron su dominio del idioma y su faceta de linguista. Él mismo solía decir que su patria era la lengua rumana.

Su debut poético fue en 1960, con su obra Sensul iubirii ("El sentido del amor"). Es conocido en Rumanía como poeta de sentimientos, pero fue, sin embargo, aunque eso hoy se oculte cuidadosamente, un intelectual comprometido y siempre activo militante del Partido Comunista (actitud por la que muchos de los "intelectuales" sometidos al sistema actual no dudan en desprestigiarle).

Escribió muchos poemas con temática social, y, sobre todo, cantando los logros del comunismo, al que Rumania debía entonces el gran desarrollo económico cultural que la habia convertido en uno de los paises mas desarrollados del mundo, especialmente en los años 70.

Moriría debido a sus problemas con el alcohol en 1983, por lo que no viviría la humillación de ver a su pueblo despojado de todo lo que había logrado construyendo el Socialismo, y dejó como herencia, ademas de los poemas incluidos en las ediciones actuales de sus Obras Completas, y por los que hoy se le recuerda en los medios de comunicación y en las grandes editoriales,  otros con un fuerte contenido ideológico que son invisibilizados por la censura, entre ellos los siguientes:

INSIGNIA

Nuestras horas son bellas
como el huevo solar
del que nace el dia.
Nuestras horas se iluminan,
se cumplen.
Todo lo que el comunismo sueña, será.
Nosotros somos el tiempo, somos
sus columnas rojas.


INTERNACIONAL

No apareció ningún cometa el dia de su nacimiento,
ni del juicio final se dijo nada,
ni una palabra,
aunque al antiguo régimen le llegó su hora
mientras los mares golpeaban,
golpeaban en sus tímpanos.

Si se pudiera mirar desde muy lejos,
desde la constelación centauro,
así como dentro de unos años mirarán
mis sucesores,
!y tan solo veinte veces ha girado
la tierra alrededor del sol!, gritaría,
y, mirad, la cuarta parte de la esfera
ha sido ya juzgada juzgada:
!Que los holgazanes se escondan donde puedan!

Y fue una guerra terrible
y a su final le puedes decir paz,
o Lenin le puedes llamar,
pues tienen identico significado.

Los proletarios mueren por la libertad,
pueden ser contados como las estrellas de la Via Lactea.
Todo lo viejo será juzgado, sin prisa,
con la balanza precisa de la historia.

Será un juicio sin concesiones
y puedes decirle paz
o Lenin le puedes llamar
pues tienen idéntico significado..

El cielo, luciendo con las estrellas de los hombres,
se pondrán bajo sus piés;
las ciudades crecerán en las alturas
y los desiertos los llevaremos sobre los hombros
como se lleva un ataud al cementerio.

Oh, después de cada arcoirís extendido entre dos orillas,
despues de cada plataforma alzada hacia lo alto
despues de cada montaña horadada,
se escuchará mas fuerte, cada vez mas alto:

!A la lucha final!



Vigilo la puerta de un mundo sin cercos:

Aquí, las ideas, nuestras palabras, se hacen realidad.
Toman el rostro esbelto de los bosques de hormigon,
toman el cuerpo viejo de los esqueletos de hierro,
las tocas con el oido y  suenan, tienen tono,
las miras atentamente y no desaparecen,
las palpas con el cuerpo y con el espiritu y ves que existen.

Aqui comienza el nuevo mundo comunista.
Las palabras vacias, las ideas incompletas, se quedan fuera,
se hacen aire, humo, calavera enterrada en la arena de los riñones.
Vigilo y estoy erguido y alta es mi sombra,
la constelación de mis ojos es atraida por la estrella roja.

Oh, incluso los pajaros podrian descansar sobre ellas
como sobre ramas coloreadas. 



Te estoy agradecido por esta primavera,
en la cual nuestras voces hacen que se agiten los árboles,
y por mis pensamientos que se han hecho claros
como el cuarzo.
La verdad me sonrie con cada recuerdo,
el foco de la luz del sol corre
por delante de mí;
es una escalera que asciende, un estallido,
al final de la cual brilla tan solo una estrella. 


Las traducciones son de Un vallekano en Rumanía

sábado, 19 de septiembre de 2015

Steaua: De la estrella roja a la estrella de Salomón

El Steaua de Bucarest es el equipo rumano más conocido en el mundo, después de que se convirtiera, en la final del año 1986, frente al F.C.Barcelona, en el primer equipo de fútbol campeón de Europa de un país socialista. Steaua se creó en 1947, como equipo patrocinado por el Ejército Popular Rumano, y su símbolo principal, como también el origen de su nombre, fue la estrella roja comunista.

Steaua 1952
Curiosamente, a la par de la evolución de la simbología del equipo se pueden apreciar los cambios y el desarrollo del Socialismo en Rumania e, igualmente,  lo que vino después del golpe de estado de diciembre de 1989 diseñado desde los despachos de Washington, Moscú y Bruselas pero aplicado por la frustrada élite creada en el país tras el progresivo abandono de los principios socialistas revolucionarios desde los años 60.


En primer lugar, el primer escudo de Steaua, el de 1948, fue una contundente y grandiosa estrella roja comunista, símbolo de la toma del poder de la clase trabajadora y del derrocamiento de la clase capitalista-fascista, tanto por la victoria del Ejército Soviético en la SGM y la liberación por este de toda Rumania, como gracias a la resistencia de los partisanos y militantes comunistas y antifascistas rumanos a lo largo del conflicto bélico. La creación del equipo Steaua de Bucarest (Estrella de Bucarest) y la elección de sus símbolos fueron, en aquel momento, una representación de los nuevos valores humanos y de los principios revolucionarios de la clase trabajadora expresados con la creación de la República Popular Rumana (también en 1948).

Steaua 1970. En el pecho, la estrella roja
En la imagen adjunta, se pueden ver los cambios que fue sufriendo el escudo del equipo a lo largo del desarrollo histórico del Socialismo Rumano, en paralelo a los que se produjeron en la ideología del Partido Comunista y del Estado rumano. Empezando por la transformación de la República Popular, la más alta expresión del Socialismo en la historia de Rumania, por la República Socialista de Rumania, en 1965, como producto del triunfo de una corriente  nacionalista dentro del PCR, triunfante tras la muerte de Stalin, y el abandono de principios básicos del marxismo-leninismo, como la lucha de clases -sustituida por la antimarxista sociedad sin clases y la via pacífica con el capitalismo- y la dictadura del proletariado -con la consiguiente aparición de una élite política e intelectual que, finalmente, acabó apoyando sin fisuras la reinstaruacíon del capitalismo en 1990.

Así, vemos como la inicial estrella roja, que condensa en sí misma toda la gloria y el espíritu revolucionario que guía a la clase trabajadora en su lucha por la emancipación, fue sustituyéndose por otra amarilla, para "hacer juego" con los colores azul y rojo y, así, formar los de la bandera nacional rumana, además de ir reduciéndose progresivamente su tamaño. Sin embargo, a pesar del cambio del escudo oficial, el equipo siguió luciendo durante un largo tiempo, prácticamente hasta principio de los setenta, la estrella roja en el pecho de sus jugadores, como se aprecia en la foto del equipo en 1970.
El nuevo autobús de Steaua, con la estrella de ocho puntas y la cruz cristiana
A partir del golpe fascista que reistauró el capitalismo en diciembre de 1989, el escudo de Steaua también se reforma, apareciendo en él la enorme águila del emblema nacional rumano, quedando la estrella que da el nombre al equipo reducida a su mínima expresión (era la época de ocultar el pasado, los triunfos alcanzados y las riquezas producidas por los trabajadores rumano, con el fin de saquear el presente y destruir el futuro).

Después, en 2003 se volvió a recuperar la estrella que diera tanta gloria al equipo y al país (aunque esto segundo no se tuviera en cuenta), aunque en esta ocasión de nuevo de color amarillo, por el tema de la bandera nacional. Finalmente, en 2015, cuando el propietario del club, el desequilibrado mafioso (además de ultraortodoxo) Gigi Becali perdió en los tribunales el derecho a continuar manteniendo su club el nombre y los símbolos de la vieja Steaua, que ha vuelto a manos del ejército, se cambiaron nombre y escudo, pasándose a llamar Futbol Club Steaua de Bucarest y sustituyéndose la vieja estrella roja de la libertad por, según el desquiciado propietario, la estrella de Salomón, de ocho puntas.

El primer escudo de Steaua mostrado en las gradas en la última temporada
(la A viene de "armata", ejército en rumano).
Algo que le viene al pelo a los dirigentes de la Rumanía actual, pues condensa en un solo símbolo lo que siempre fue el opio del pueblo, la religión, sea cual sea esta, con una de las más efectivas formas de control social actuales, el fútbol, para mantener a los sufridos trabajadores rumanos, después de 25 años de saqueo terrible de la riqueza construida colectivamente durante los años de Socialismo Rumano, aspirando tan solo a un paraiso celestial y resignados a ahogar sus penas con las victorias de su equipo.

No obstante, no toda esperanza está perdida, pues de vez en cuando aparecen en el estadio los antiguos símbolos rescatados, pues, aunque los medios insistan en borrar el pasado y la clase dirigente viva unos tiempos de euforia que les hace pensar en su triunfo definitivo (el famoso fin de la historia de Fukuyama sigue teniendo muchos adeptos), la clase trabajadora está llamada a volver a ser sujeto de la historia, y las condiciones objetivas, tras dos décadas y media de destrucción y desastre capitalista, son cada vez más proclives para ello.

lunes, 14 de septiembre de 2015

15 años del asesinato impune del sindicalista rumano Virgil Sahleanu

Hace 15 años que, en el mes de septiembre del año 2000,  fue asesinado el sindicalista Virgil Sahleanu, lider sindical de la empresa Tuberias Tepro, una importante fabrica de la ciudad de Iasi, en pleno proceso de privatizacion.

El motivo de su muerte tuvo que ver con su denuncia constante del proceso de privatizacion y los despidos masivos consecuentes. Para Sahleanu, la venta, o más bien el regalo, de la antigua fábrica estatal al millonario Zdenek Zemek fue ilegal, y su lucha sindical se centró en evitarlo para impedir así el desmantelamiento de la fabrica y de los empleos. Recordemos que desde el golpe de estado de diciembre de 1989, en el año 2000 se habían perdido ya más de dos millones de puestos de trabajo, producto de la destrucción de la mayoría de la industria nacional con el objetivo de convertir a la antigua potencia económica ruman en una colonia de las potencias imperialistas occidentales.

A raiz del asesinato de Sahleanu, se comenzaron a investigar tambien las circunstancias que rodeaban a los procesos privatizadores. Después de cinco años de investigaciones, Victor Balan, el que fuera el director de Tepro tras su venta, fue condenado a 15 años de cárcel, el administrador de Tepro, Frantisek Pripratla, a 8, y sus dos asesinos, dos vigilantes de la empresa de seguridad de Tepro, a 25.

El asesinato de Sahleanu tuvo sus chivos expiatorios, pero el entramado de intereses que estaba detras ha quedado, tras 9 años, impune. La venta por una cantidad ridícula de la antigua productora de tuberias a un empresario checo, para que este después la vendiera a chatarreros como hierro viejo, fue investigada por el escandalo causado por el asesinato del líder sindical, aunque el proceso se fue alargando hasta su prescripción final.

El multimillonario Zdenek Zemek, el administrador contratado por Zemek, Frantisek Priplata, Andrei Catoiu, el director de la fábrica, así como otros altos funcionarios del organismo que se encargó de llevar a cabo el proceso de privatización de los bienes del estado rumano tras la venida violenta del Capitalismo en 1989, el Fondo de Propiedades del Estado, fueron investigados e imputados.

Recordemos que la llegada del Capitalismo a los paises del este, después de su salida de la influencia del sistema socialista, el proceso neocolonizador,  consistió  principalmente en destruir toda la capacidad productiva del país para abrir el mercado a los productos occidentales, es decir, convertir a Rumania, y a los otros estados, en paises importadores, creando a la vez una gran cantidad de mano de obra barata dispuesta a trabajar en los paises mas avanzados necesitados de fuerza de trabajo a cualquier precio.

La venta de propiedades del estado rumano a intereses extranjeros (dispuestos a destruir la producción interna para dejar campo abierto el mercado exterior), y todo ello por cantidades ridículas, fue suficiente, de paso, para enriquecer a los políticos del nuevo "régimen" (casi todos provenientes del anterior) con este saqueo de los bienes del pueblo rumano.

En definitiva, cuando el dossier penal llegó al tribunal de Iasi, en 2005, se constató que el delito ya habia prescrito, y el caso se cerró... Aunque los asesinos de Sahleanu pagaron su acción, el saqueo de TEPRO, igual que el que se llevó a cabo contra casi todas las propiedades y empresas públicas del estado, quedó impune (y los beneficiarios siguen pululando por la escena social y politica del pais derrochando las riquezas ganadas a costa del estado mientras los trabajadores y campesinos son los peores pagados de toda Europa).

El asesinato de Virgil Sahleanu fue el último episodio de una metódica desarticulación del movimiento obrero rumano, por ser este un molesto obstáculo en la lucha por la privatización de la empresa TEPRO, adquirida (casi regalada) al empresario checo Zedek Zemek, que había iniciado el proceso de privatización radical que conllevaba miles de despidos.

Como explicó Gabriel Artigue, marxista uruguayo que se ocupó de investigar el asesinato, "Primero
fue Virgiliu Zbaganu, el primer asesinado político en la nueva era de la democracia burguesa rumana; luego, los dieciocho años de cárcel a Miron Cozma, líder de los mineros de Valea Jiului. Ahora el proletariado rumano recibe un tercer golpe fatal con el asesinato de Virgil Sahleanu. La clase obrera en su conjunto fue golpeada por cada uno de estos acontecimientos, y va a ser muy difícil su recuperación, sobre todo moral y anímica".

La muerte de Sahleanu fue mucho menos elegante que la del citado Zbaganu. Este ultimo fue atropellado extrañamente por un tren, cuando en 1991 estaba intentando reorganizar el Partido Comunista Rumano, mientras que Sahleanu fue asesinado a puñaladas por dos hombres en la puerta de su casa. Parece ser que su oposición a los planes de la empresa checa, y muchas cosas que sabía de los típicos procesos de privatización dirigidos por la Agencia llamada "Fondo de Privatizaciones del Estado", encargada de vender (o dilapidar) los bienes del Estado a manos privadas, fue la causa de su asesinato.

Aparte de los masivos despidos, excusados en las necesidades del mercado, hay muchas cosas turbias en los procesos de venta de empresas públicas de aquella época, mucho enriquecimiento rápido de póliticos, mucho dinero negro, y sobre todo, una directiva neocolonial que pretendia, como en el caso de TEPRO, acabar con las empresas nacionales para dejar el mercado totalmente libre para las empresas multinacionales de occidente.

En noviembre de 1998, Tepro contaba con 2800 empleados, y el objetivo del empresario checo era reducirlos a 900. En junio de 1999 ya quedaban tan sólo 1600 y el camino parecia imparable. Ya desde el 24 de junio de 1999, los sindicalistas manifestaban sentirse acosados y afirmaban que se los intenta hacer callar, como se señalaba en el comunicado de la Oficina Ejecutiva de la Federación nacional Sindical METAROM, firmado por la vicepresidente Valentina Contescu. En el mismo documento se señalaba que en Tepro se violaba la ley de los sindicatos, y que el Juzgado de Iasi se hacía cómplice de las presiones que se hacían para impedir la actividad sindical, por su actitud de lavarse las manos ante el problema.

Virgil Sahleanu, lider del sindicato de Tepro Iasi S.A. denunció innumerables veces el proceso de privatización como ilicito, hizo públicas las actitudes ilegales y antisindicales de los directivos, se enfrentó a la dirección y al gobierno ante el falso proceso de privatización que era en el fondo una eliminación metódica de la estructura productiva rumana, impuesta por el Fondo Monetario Internacional. Igualmente, sabia demasiado de la corrupción inherente en este proceso de privatizaciones, ya que hay que señalar que el estado rumano, a través de la FPS, vendio Tepro Iasi S.A. por 62 mil millones de lei, cuando solamente sus edificios estaban avaluados en 118 mil millones.

Desde febrero de 1998 habia sido elegido como líder del sindicato, y la dirección de la empresa, junto a los servicios secretos rumanos, lo veían como una piedra en el zapato para sus planes de futuro (en el que nunca se tuvieron en cuenta las necesidades de los rumanos, sino solamente las necesidades privadas de los gestores y directivos politicos y empresariales).
La privatización mata. Lema de los mineros en las grandes manifestaciones
obreras de los años 90

A las ocho de la mañana del jueves 7 del año 2000, Virgil Sahleanu bajó de su apartamento, situado en el segundo piso de la calle Arges nr. 2, bloc D10, del barrio Alexandru cel Bun de la ciudad de Iasi, ciudad situada cerca de la frontera con la República de Moldavia. Dos jóvenes, mercenarios del país vecino, Moldova,  lo esperaban a la entrada del edificio donde vivía cuando iba a trabajar.  Sin decir palabra, le acuchillaron varias veces. Aunque lograría llegar al hospital vivo, finalmente no sobrevivió. La indignación de los obreros de Iasi y de toda Rumania hizo que se tuviera que buscar una salida rápida. El FPS hizo públicas rápidamente declaraciones que intentaban convencer a los obreros de que no tenía que ver con el proceso de privatizaciones.

Desde el 11 de septiembre, a primera hora, los obreros de Tepro cortaron la circulación en la ruta Iasi-Tomesti, usando autogrúas, camiones pesados y otros vehículos que con dificultad podían ser removidos. Tenían dos demandas: que los culpables del asesinato de Sahleanu fueran llevados a la empresa para ser juzgado por los sindicalistas, en un juicio popular, y que el checo Zemek Zdenek fuera expulsado definitivamente del país y la fábrica renacionalizada, o al menos bien vendida.

Para calmar los ánimos, el comandante de la Policía Municipal de Iasi, coronel Gheorghe Grigoriu, les dijo a los cientos de obreros de Tepro que cortaron la ruta que el director general de la fábrica, Victor Balan, había sido arrestado en relación al caso Sahleanu, junto a otras personas (entre ellas los dos asesinos, que habian recibido 800.000 lei como pago por su crimen), además de algunos miembros de la empresa de Seguridad que habia perdido el contrato para la vigilancia de Tepro por las protestas de Sahleanu (que veia indignante que se redujeran gastos en sueldos y se pagaran millones a empresas subcontratadas).

Sin embargo, aunque es evidente la relacion con la empresa checa, y con el proceso de privatizacion dirigido por el FPS, las investigaciones se pararon ahí, y la empresa continuó su proceso de destrucción de empleo con la aquiescencia del gobierno rumano. El estado rumano demostró que, si es necesario, se pueden eliminar a los elementos molestos, dando una señal a los inversores extranjeros de que el movimiento obrero no era ya peligroso en Rumania; la eliminación de Sahleanu, junto al reciente encarcelamiento por casi 20 años de Miron Cozma, el líder minero que dirigiría las grandes manifestaciones mineras de los años 90 que culminarían con una matanza de trabajadores en las orillas del rio Olt , intentaba advertir a la clase trabajadora de que la sumision era su único camino aceptable, y que cualquier intento de enfrentarse al estado o a las empresas privadas sería duramente enfrentado y castigado (con la cárcel, como a los lideres mineros, o con la vida, como la del ingeniero Sahleanu o los mineros asesinados junto al rio Olt)".

viernes, 11 de septiembre de 2015

Los refugiados ucranianos de los que nadie habla

Alrededor de un millón de ucranianos han solicitado “asilo temporal” o “estatus de refugiados” en la vecina Rusia desde que estalló el conflicto independentista del este del país, provocado tras el golpe de estado perpetrado en Kiev dirigido desde Washington y Bruselas, en abril de 2014.Son los datos del Servicio Federal de Inmigración ruso.

El presidente de Ucrania, Poroshenko:  amigo de Occidente y sanguinario criminal de guerra
Mientras desde esos mismos medios, se fomenta, sin embargo, la clamorosa y sorprendente ola de solidaridad en toda Europa hacia los refugiados sirios cuya diáspora, curiosamente, ha sido provocada también por los mismos que lo han hecho en Ucrania; EE.UU, la Unión Europea y la OTAN.

Actualmente, unos 2,6 millones de ucranianos viven en Rusia, entre ellos 1,1 millones procedentes de las regiones de Donestk y Lugansk, según los datos de Moscú, recogidos por la agencia de noticias Itar-Tass. En total, según el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov,  Rusia acogió durante 2014 a más de 1 millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares a raíz de continuos combates en el este ucraniano.

Desde abril de 2014, cuando tras el triunfante golpe de estado financiado por los mismos que han provocado la guerra en Siria y creado al tristemente mediático Estado Islámico, Kiev lanzó un operativo militar para acallar a las regiones que, tras el derrocamiento del entonces presidente, Víctor Yanukóvich, declararon su independencia de la nueva Ucrania fascista.

 La guerra de Pietr Poroshenko y Arseni Yatseniuk, presidente y premier ucranianos, ha provocado ya cerca de 7000 muertes y provocado unos 1,3 millones de desplazados internos, con el apoyo de los movimientos neonazis como el de los banderistas y otros grupos fascistas que están sembrando el terror por todo el país.

Datos de Hispantv y Mundo Sputnik

jueves, 10 de septiembre de 2015

Chiste rumano sobre los 25 años de desastre capitalista

En una conversación normal con cualquier taxista rumano no puede faltar el hacer notar al cliente extranjero que todo lo que puede ver en el trayecto fue construido durante los años de Socialismo, subrayando que por mucho que lo intentan los capitalistas no dan a basto para destruir todo aquello.

El chiste está basado en la más cruda realidad: durante los 25 años de desastre capitalista apenas se ha construido nada y, al contrario, el esfuerzo destructivo no ha podido borrar todas las huellas del pasado comunista que, como recordaría al pasajero el taxista de turno, es casi todo lo que todavía queda en pié. Las cifras no son nada graciosas: 4 millones de puestos de trabajo perdidos (más de la mitad de los existentes en diciembre de 1989), 3 millones de rumanos huidos del país por motivos económicos (los que suelen definirse con el eufemismo de emigrantes), más de la mitad de los trabajadores rumanos ganan menos de 230 euros brutos al mes (cifras del verano de 2014), y han reaparecido tanto enfermedades del cuerpo antes erradicadas, como la tuberculosis (enfermedad relacionada con la pobreza), como de la mente, el analfabetismo (en 2014 más de 250.000 rumanos no sabían ni firmar y 40.000 niños de 6 a 15 años no habían pisado jamás una escuela).

El paisaje urbano después de un cuarto de siglo de saqueo capitalista son fachadas descarnadas, fábricas en ruina, baches en cada calle o descampados desolados (salvo los obligados lavados de cara en los centros de las ciudades para convencer a turistas crédulos).  Y lo peor de todo, lo más sarcástico, es que los gestores de este gran desastre son la mayoría antiguos miembros de la antigua élite "comunista", etiqueta que en este caso tenía poco que ver con la ideología sino con el oportunismo que triunfo en la mayoria de los partidos comunistas tras la muerte de Stalin y la toma del poder por los revisionistas encabezados por Kruchev. De hecho, todos los presidentes de la Rumania capitalista fueron miembros del Partido Comunista o de sus juventudes y, algunos, como Traian Basescu, no tenían tapujos en reconocer que se enriquecieron con el contrabando de tabaco antes del golpe de estado de 1989 (tal y como siguió haciendo con otros delitos desde puestos de responsabilidad del estado después de aquel trágico año hasta la actualidad).

El tragicómico chiste al que nos referimos en esta entrada es el siguiente: se ponen en boca de Nicolae Ceausescu las siguientes palabras: "Si no sois capaces de construir más edificios, fábricas o carreteras, al menos pintar y mantener en buen estado lo que nosotros sí construímos". Al contrario, la barbarie capitalista solo lleva a cabo lo único que es capaz de hacer con eficacia: destruir.


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