jueves, 10 de mayo de 2012

La final de futbol de una "sociedad sin clases"

Ayer tuvo lugar la final de la EuroLeague en Bucarest. La ciudad se lleno de españoles y vascos que se gastaron una gran cantidad de dinero para ver ganar a su equipo. La final fue todo un exito, especialmente para negociantes y otras mafias, que llenaron sus bolsillos a costa de la "ilusion" de los aficionados. Y es que, al fin y al cabo, y muy al contrario de en sus inicios, cuando el futbol era, en general, un deporte de trabajadores que organizaban equipos en su ciudad para pasar el tiempo libre, hoy este antiguo deporte es un negocio de mafiosos que se basa en la inocencia de los aficionados, especialmente de la mayoria, es decir, de aquellos que trabajan para sobrevivir.

La clase dominante ha usado, especialmente desde el triunfo de la Revolución Sovietica en 1917, una bateria de estrategias diversas para hacer creer a los trabajadores que la lucha de clases no existe, y que es solo una invención de los teóricos del comunismo o el anarquismo.

Dos analfabetos politicos millonarios por hacer
de idolos para controlar a las masas

Para ello, ha inventado una serie de mentiras que intentan, entre otras cosas, hacer que los obreros explotados y robados por los capitalistas se sientan indentificados con ellos, parte del mismo grupo y de los mismos intereses, haciendo que, por arte de magia (de la manipulacion de la realidad) consideren un enemigo al extranjero que viene a trabajar en su pais y un amigo al parásito que vive a costa de su sudor y su trabajo.

El nacionalismo, es decir, la identificación irracional de dos ideas que poco tienen que ver, la de haber nacido por casualidad dentro de unas fronteras artificiales con el hecho de que los que tienen el poder en ese territorio compartan identicos intereses, es una de esas estrategias. Otra cosa bastante diferente es el respeto y amor a las tradiciones locales, algo que, al contrario, los "nacionalismos" suelen olvidar en pro de los intereses "internacionaistas" (solamene en el sentido economico) de la elite economica. Otra de las grandes referencias para el control de la mano de obra es la religion, con el fin principal de que los dominados asuman su papel como tales, sin dar problemas, y que pongan todas sus esperanzas de mejorar su vida en otra vida probable tras la muerte, en vez de luchar por construir el paraiso en la tierra.

Tambien el futbol, u otros deportes, persiguen la misma identificacion. Por ejemplo, los dos equipos que han venido a jugar la costosa y fastuosa final de Bucarest, la Europa League, a la que han llegado miles de españoles que han gastado, sin escrúpulo alguno, cantidades ingentes de euros a pesar de que, se supone, España está azotada por una tremenda crisis económica, una tasa de paro record, y una costante agresion a los derechos y servicios de los trabajadores.

Entre los aficionados que han venido los hay de clase obrera, trabajadores que, trabajen donde trabajen, estan sometidos a la misma explotacion economica: alguien vive de la plusvalia de su trabajo. Es decir, mientras que ellos producen, otro vive de ese producto mientras devuelve una parte al trabajador. Independientemente de que unos se identifiquen con España u otros con Euskal Herria, sus condiciones materiales y su situacion en el mercado son las mismas o similares.

Tambien han venido, por supuesto, jerifaltes, empresarios, y otros carroñeros que, curiosamente, comparten con los que pisotean rutinariamente su amor a los colores, su identificacion como aficionados a un equipo de futbol. Da igual que unos se consideren de izquierdas o de derechas, que sean empresarios o trabajadores: lo importante es el club.

Al igual que pasa con la nación, cuando en una guerra o un conflicto, uno se identifica con los supuestos intereses del gobierno o del estado en contra de un segundo (el caso de la expropiacion de Repsol por el gobierno argentino ha sido evidente, pues mientras allí la mayoria salia  a la calle defendiendo a su gobierno independientemente de quien se llevará el beneficio realmente de la accion, en España, la indignacion era tambien compartida por lo que se consideraba una agresion a la patria -como si la multinacional Repsol, multinacional privada, fuera algo realmente nacional), tambien pasa lo mismo con el resto de estrategias.

Españoles en crisis consumiendo en masa en Bucarest
Cuando un musulman sale en los telediarios por pertenecer a Al-Qaeda (esa invencion de la CIA), todos los "cristianos" (de los que pocos saben realmente que dice su propia religion) se indigna porque todos los musulmanes son igual de malos. Al igual, en las guerras, cuando un pais ataca a otro, generalmente por causa de los intereses de la elite de uno de los paises o de ambos, la religion tambien se usa para arrastrar a los que no tienen nada que ver con las causas ni el origen en el apoyo a su ejercito, aunque en realidad los que dirigen la batalla y marcan los objetivos son los mismos que viven a costa de lo que roban del producto de su trabajo. Pero claro, los otros no son de nuestra patria, y eso los hace estar equivocados.

Tambien sucede lo mismo con el futbol. Los aficionados comparten alegria o pena con los mismos que les pisotean cada dia en el trabajo, que les recortan beneficios sociales o derechos, que les echan de sus casas por las deudas contraidas a pesar del derecho humano a la vivienda digna, o que les echan del trabajo cuando el empresario deja de ganar tanto dinero a costa de sus empleados.

Da lo mismo, porque lo importante no es la clase social, pues nos han convencido ya de que tal cosa no existe. Porque todos somos ciudadanos de una sociedad sin clases, en la cual somos parte de un solo grupo de ciudadanos, no relacionada para nada con su posicion en la estructura economica y social, sino con otras ideas mas convenientes para mantener el status quo, como la nacion, el unico dios, o el equipo de futbol.

Es decir, una alienacion bastante triste que perpetua la dominacion y favorece la domesticacion, y que, ademas, provoca que el rebaño se crea igual que los pastores, e incluso que todos se abracen y festejen la derrota del pastor "enemigo" y su rebaño (aunque esta sea brutal y sanguinaria).

Eso si, en la guerra de cada dia, en la unica verdadera, es decir, en la lucha de clases que siempre existió y en la que hoy los capitalistas estan en plena ofensiva, mientras los trabajadores agachan la cabeza,  los que ganan siempre acaban siendo los mismos, y en este caso, a los primeros, como siempre sucedio, no les importa el nombre de la nacion a la que saquean, como tampoco el nombre del trabajador o trabajadora a la que machacan.

2 comentarios:

HUMANISTA dijo...

Comparto tus pensamientos y argumentos. El pan y el circo del imperio Romano, continua en esta sociedad . Ánimo desde el mediterráneo, sigue siendo enlace, ojos y oido del este.La lucha no cesa.

Anónimo dijo...

En todo caso, se llenaría de madrileños y bilbainos o de españoles.

Saludos.

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